Ahora bien, nos preguntamos ¿Por qué es importante conectarse con la naturaleza? Y la respuesta es simple, porque sencillamente los seres humanos están compuestos de todos los elementos que tiene la naturaleza. Es absolutamente normal que el ser humano busque las maneras de tener contacto con el medio ambiente. Desde luego porque el ser humano, es y será en todo momento producto del medio ambiente.
El ser humano debe conectarse con la naturaleza para recibir todos los beneficios que ésta tiene para brindar a los habitantes del planeta, que de hecho son su propio producto. Estar en contacto con la naturaleza, no es simplemente vivir, hay que sentirla, amarla, respetarla y luego disfrutarla.
Respirar el aire puro, sentir el efecto milagroso que se trasmite desde adentro cuando se camina descalzo sobre la tierra. O sentir el calor del Sol sobre la piel y disfrutar de un baño en cualquiera de sus aguas. Bien sean saladas, dulces o salobres, ya que todas contienen elementos beneficios para el organismo. O también poder disfrutar de aguas termales que contienen una serie de elementos naturales al contacto directo con la piel.
Recrear la vista con el verdor de las plantas, ver los árboles y acobijarse bajo su sombra. Respirar el divino aroma de las flores y los frutos, percibir el olor de la tierra mojada cuando llueve. Son un privilegio de las personas que aman la naturaleza y saben compenetrarse con ella. Por eso queremos que aprendas ¿Por qué es importante conectarse con la naturaleza? Y una vez lo compruebes sabemos que lo agradecerás.
Los sonidos de la naturaleza son formidables y curativos
Los que se preguntan ¿Por qué es importante conectarse con la naturaleza? Sencillamente hay que responderle porque no hay nada más revitalizador para la mente y el alma, como oír el embelesantes murmullo de un río. O el dulce trinar de los pájaros, oír el hipnotizante vaivén de un oleaje, sentir la suave caricia de la brisa y el ruido que producen las plantas cuando se mecen por su efecto.
Y pensar que lo más maravilloso de cuanto hemos descrito, es que todas esas bondades, son absolutamente gratuitas. La madre naturaleza no nos cobra nada por arrullarnos, o por calentarnos, o por refrescarnos, mucho menos por permitirnos contemplarla.
Como cosa curiosa, le podemos decir que está comprobado que las flores cantan. Solo que su sonido no está en la misma sintonía del oído de los seres humanos y para no caer en temas religiosos, ni mucho menos en controversias. Solo diremos que lo que sí no admite ningún tipo de discusión porque está comprobado científicamente. Es que el cerebro del hombre funciona en solo un 5 % de su capacidad.
Por razones que no vamos a discutir, el hombre se fue atrofiando y no es capaz de disfrutar en todo su potencial de las bondades de la naturaleza. Y si así lo hiciera, entonces comprenderíamos que estamos viviendo en un verdadero paraíso.
La naturaleza nos alimenta tanto el alma como el cuerpo
Ciertamente de la naturaleza recibimos ambos alimentos. Si por un lado podemos disfrutar de todo aquello que nos permite ver, oír o sentir. Está, la naturaleza, también nos proporciona todos los alimentos que necesitamos para mantener nuestro organismo en perfecto estado de salud.
Como todos sabemos de sobra, el hombre se nutre tanto del fruto de la tierra como de los animales. Y todo esto es producto de la sabia naturaleza, que además nos proporciona todas las sustancias que se necesitan para la elaboración de medicamentos para curar cualquier tipo de enfermedades.
Es razonable detenernos a pensar que si la naturaleza nos brinda desinteresadamente, y sin distingos de clases sociales, tantos beneficios. Entonces el hombre sea capaz de retribuirle, al menos con un mínimo de respeto. La tala y la quema indiscriminada, el desperdicio de agua potable, y la contaminación del aire y de las aguas. Son una verdadera falta de respeto y desconsideración con nuestro planeta que lamentablemente va en decadencia ambiental.
El hombre debe conectarse con la naturaleza. Éste debe ponerse en sintonía con la madre tierra que tanto le da y sólo pide amor y respeto. Para vivir y estar en armonía el uno con el otro, tan igual como sucede en una terapia de Yoga.
Por desconectarnos de la naturaleza, caemos en la rutina exigente de cada día
El hombre se ha impuesto una rutina de trabajo diaria que no le permite ni siquiera disfrutar de la naturaleza. Alegando que debemos trabajar muchas horas al día para generar riqueza, para poder obtener lujos y “bienestar”.
Debemos pensar que los indios de la selva, no trabajan tantas horas, solo las necesarias para obtener la comida diría. Estos no acumulan alimentos sino los necesarios porque no tienen refrigeradores, les queda mucho tiempo libre para descansar y para disfrutar de la familia y de la naturaleza.
Ellos, no se matan pensando en trajes lujosos, apenas usan lo necesario para abrigarse y respiran aire puro. No gastan en medicamentos porque sus yerbateros conocen las propiedades de cada planta y se curan con sus propias recetas. Ellos sí que están CONECTADOS CON LA NATURALEZA. Eso sin contar, los rituales que hacen muchas tribus a nivel mundial. Con la idea de celebrar algo en específico donde por lo general toman algún bebedizo extraído de alguna planta. Logrando así conexiones únicas.
Si bien nadie quiere retroceder, o al menos le da miedo intentarlo. Por lo menos deberíamos poner en práctica conectarnos con la naturaleza en la civilización. Esto es posible si no desperdiciamos la más mínima oportunidad para ir al campo o a la playa y realizar Yoga en grupo. Si salimos por las noches a contemplar las estrellas y a respirar aire fresco, si nos paramos todas las mañanas frente a nuestra ventana a contemplar la salida del gran Astro Rey, sin duda alguna nos estaremos nutriendo de la naturaleza.
La selva de cemento que nos aleja de la naturaleza
Hemos oído muchas veces hablar de estas selvas de cemento que son las ciudades, calles, avenidas, edificios entre otros. Y pare usted de contar los demás elementos que por añadidura la llenan. Como son todas las toneladas de hierro, los ventanales de vidrio, el plástico y muchos más, hasta naturales. Además, todas esas materias que la tierra no puede absorber con facilidad, son perjudiciales para el planeta.
Si nos referimos a los materiales y desechos tóxicos que liberan las grandes industrias. Sumando el monóxido de carbono que producen los motores de los carros, toda la contaminación ambiental. Es a la tierra como un veneno que la asfixia, y muriendo ésta, morirán todos los seres vivos que la habitan.
La selva de cemento nos atrapa, nos deslumbra, nos envenena y termina matándonos con mayor rapidez que lo que un siclo normal debería significar. Está claro que la civilización ha traído avances científicos significativos para la cura de muchas enfermedades. Pero es que la mayoría de estas enfermedades se las ha buscado también el hombre con la modernización. Además alejándose de lo natural, o lo que es lo mismo de la naturaleza.
Lo químicos que se utilizan para conservar los alimentos enlatados o empacados más los fertilizantes y el azúcar refinado. Sumando las drogas industrializadas, y tantas cosas que el hombre ha inventado para su comodidad y disfrute. No han hecho sino producir muchas enfermedades letales como el cáncer, es por eso que debemos llevar una dieta alanceada.
Los primitivos claro que también se enferman y se mueren, es la ley de la vida. Pero tienden a ser más longevos y en todo caso lo que sí es seguro es que su tiempo aquí. Son más felices porque viven sin estrés, sin apuros, sin reloj, sin normas estúpidas ni tabúes que los opriman. Se podría decir que meditan y luego cumplen sus objetivos principales.
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